Impacto socioeconómico de la producción de tilapia en guerrero y oaxaca
Objetivo
Evaluar el impacto que tiene el cultivo de tilapia en los estados de Guerreo y Oaxaca para mejorar las condiciones de pobreza de los micro y pequeños acuicultores. A partir de encuestas socioeconómicas y nutricionales a acuicultores en contextos rurales, se busca comparar los resultados con los indicadores de pobreza multidimensional de CONEVAL a nivel municipal, estatal y nacional. De esta manera, se pretende comprender mejor el impacto de la acuicultura en la seguridad alimentaria y nutricional en los hogares rurales de estos estados.
Introducción
Los estados de Guerrero y Oaxaca tienen el 66.5% y 66.4%, respectivamente, de su población en situación de pobreza. Particularmente, en los entornos rurales de estos estados, la pobreza está fuertemente vinculada a la falta de empleos agrícolas, así como a la falta de oportunidades económicas. Ante este panorama, la acuicultura ha sido promovida por su contribución a la reducción de la pobreza y la mejora de la seguridad alimentaria y nutricional. En estos contextos, los pequeños productores desempeñan un papel fundamental en el suministro de pescado a los hogares rurales y en la mejora del perfil nutricional de las dietas.
Impactos socioeconómicos de la acuicultura
Si bien la contribución de la acuicultura a la seguridad alimentaria es notoria, aún no está claro cómo impacta en las poblaciones rurales vulnerables y afectadas por la pobreza.
Según el enfoque de pobreza multidimensional de CONEVAL, la pobreza es la proporción de la población que sufre simultáneamente carencias en términos económicos y en al menos uno de los seis indicadores sociales que reflejan derechos sociales básicos.
La línea de pobreza extrema por ingresos indica un nivel de ingresos tan bajo que incluso si los ingresos se asignaran íntegramente a los alimentos, no serían suficientes para adquirir los nutrientes necesarios para una vida sana.
La pobreza extrema por carencias sociales ocurre cuando un individuo tiene tres o más brechas o rezagos en derechos sociales y alcanza la cifra en el umbral de carencia extrema. Los seis indicadores de derechos sociales cubren las brechas en educación, condiciones de vivienda y acceso a servicios de salud, seguridad social, servicios residenciales básicos y alimentación.
Figura 1. Marco multidimensional para la medición de la pobreza en México. El eje Y mide el bienestar económico por ingresos y el eje X mide las carencias sociales. En consecuencia, cada persona cae en una, y sólo una, de las siguientes cuatro clasificaciones: (1) Población en pobreza multidimensional (extrema, moderada), (2) Población vulnerable por carencias sociales, (3) Población vulnerable por ingresos, y (4) Población no en pobreza multidimensional y no vulnerable. Fuente: Adaptado de CONEVAL.
Resultados
Oaxaca demostró el mayor número de hogares de productores de tilapia por debajo de la línea de pobreza extrema por ingresos. Los acuicultores que cultivan en jaulas en presas por lo general viven en pequeñas comunidades donde los servicios de educación y salud son más escasos o de difícil acceso.
En Guerrero, a pesar de que la muestra solo consideró sistemas de jaulas en presas, se identificaron menos rezagos en cuanto a derechos sociales, ya que las granjas lagunares costeras están en el municipio de Acapulco y por lo tanto se benefician de su proximidad a un área urbana.
Al contrastar los resultados de pobreza de los acuicultores de tilapia con los valores poblacionales promedio a nivel municipal, estatal y nacional, la proporción de acuicultores de la muestra en condiciones de pobreza extrema y moderada (54%) fue menor que el valor del promedio de la población a nivel municipal (62%) y el promedio de la población estatal (71%).
Pobreza y vulnerabilidad de los productores de tilapia MIPYME como porcentaje de los encuestados en los estados de Guerrero y Oaxaca y Chiapas (referidos como acuicultura del suroeste), contrastados con los valores de las estadísticas oficiales del CONEVAL en sus municipios, su región (promedio de los tres estados) y la nación.
Los productores de tilapia registraron una vulnerabilidad mucho mayor (34%) por carencias sociales que las poblaciones municipal, estatal y nacional, lo que confirma que el principal problema para contrarrestar la pobreza entre los productores de tilapia no es el ingreso resultante de la actividad sino brechas o rezagos sociales.
En este sentido, los productores de tilapia demostraron un nivel muy alto de inseguridad social, definida como la protección que la sociedad brinda a las personas para asegurar el acceso a servicios médicos y protección de ingresos en caso de desempleo, enfermedad, discapacidad, accidentes laborales, embarazo, jubilación o la muerte de la cabeza de familia, ya que los acuicultores frecuentemente trabajan por cuenta propia y generalmente carecen de acceso a programas gubernamentales que cubran estos derechos sociales.
Aunque la acuicultura contribuye a la seguridad alimentaria y la nutrición, los resultados para este impacto fueron mixtos: solo un pequeño porcentaje de los productores de tilapia demostró menos inseguridad alimentaria que los valores promedio de los habitantes de los municipios donde estaban ubicadas las granjas. Sin embargo, la inseguridad alimentaria entre los productores de tilapia fue mayor que los valores estatales y nacional.
Consumo de proteína cárnica (días en una semana), antes y después del proyecto de cultivo de tilapia.
Asimismo, se registró un aumento semanal del 26 % en el consumo de proteína cárnica, lo que ilustró aún más el impacto positivo de las granjas de tilapia. El efecto del ingreso familiar relacionado con la acuicultura también se reflejó en la composición de la dieta de los acuicultores: sus respuestas también indicaron una ingesta más variada de proteínas cárnicas después del establecimiento de la granja de tilapia. Este fue un efecto indirecto resultante de los ingresos generados por las granjas de tilapia.
Conclusiones
Los resultados muestran un menor número de productores de tilapia en pobreza extrema o moderada en comparación con el valor de la población general en los municipios y estados donde se ubican estas granjas, afirmando así el impacto positivo de la actividad. Si bien los acuicultores en jaulas tienen más carencias sociales, sus ingresos son mayores en comparación con los de los acuicultores en tanques. Los proyectos de tilapia también son relevantes para la seguridad alimentaria, ya que aumentan el consumo de pescado y proteína animal en los hogares.
El estudio confirmó el papel de la acuicultura para satisfacer las necesidades de una población afectada por la pobreza y con inseguridad alimentaria. Los resultados muestran que en los estados estudiados la acuicultura de tilapia realmente está beneficiando a la población más pobre, ya que montar una granja de tilapia y operarla no requiere tanta inversión como con otras especies y vemos acuicultores realmente pobres iniciar operaciones y progresar con ellas.
Los resultados respaldaron la decisión de promover la acuicultura de tilapia en micro y pequeñas granjas rurales como una forma de combatir la pobreza y como una alternativa al autoconsumo, mediante el establecimiento de empresas comerciales que vendan a los mercados locales y regionales.
El estudio no solo demostró que la acuicultura ha beneficiado a los estados más pobres de México en los municipios donde coinciden los niveles más altos de pobreza e inseguridad alimentaria, sino que también proporcionó evidencia de que la pobreza y la vulnerabilidad, medidas de manera multidimensional, se ven afectadas positivamente por las micro y pequeñas granjas de tilapia.